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La frase de la imagen NO pertenece a Mario Benedetti . ¿Qué te ha dado el pasado? ¿la fuga que te mira en el espejo? ¿aquel fantasma que te desbarata? ¿la sombra de tus nubes? ¿la intemperie? Rápido como el río ha transcurrido pero ocurre que el río no envejece pasa con sus crujientes y sus ramas sus duendes y su cielo giratorio. Quedaron armoniosos pero inmóviles tu mayo de piedad, tus artilugios todo el prodigio se volvió espesura y la espesura se llenó de tedio; ya no llueve en tu olvido, ni siquiera en tu pobre redoma o en las tapias, aunque el pasado está escondido y lejos no tienes más remedio que mirarlo. Mario Benedetti
La frase de la imagen NO pertenece a Mario Benedetti . Nos enseñaron desde niños cómo se forma un cuerpo sus órganos sus huesos sus funciones sus sitios pero nunca supimos de qué estaba hecha el alma ¿será de sentimientos / de ensueños / de esperanzas? ¿de emociones / de tirrias / de estupores? lo cierto es que / ignorada / el alma arde en su fuego tiene espasmos oscuros punzadas de ternura suburbios de delirio ¿será tal vez una inquilina del corazón? ¿o viceversa? entre ellos no hay frontera ¿o será la asesora principal de la mente? ¿o viceversa? entre ellas no hay disputa ¿o será capataza de la pobre conciencia? ¿o viceversa? entre ellas no hay acuerdo el alma tiene hambres y cuando está famélica puede herir puede armarse de enconos o de furias no hay que pensar que el alma es un tul de inocencia ajeno a los agravios que sufren cuerpo y alma en el alma se forman abscesos de rencores tumores de impaciencia hernias de desamp...
Los mejores escritos y frases del Subcomandante Marcos . La carta que el Sup escribió para que Elías Contreras le entregara, como si propia fuera, a La Magdalena. Magdalena: Te vi de madrugada. Escondida o encerrada estabas en una torre de calendarios y geografías absurdas que me decían que no era bienvenido. Pero, apenas un momento, y te asomaste entera, hermosa y desnuda de prejuicios, luchando a favor de este nadie que soy y rescatándome de una noche ajena. Yo me quedé temblando, aún lo estoy. Deslumbrado todavía, en los pasos que siguieron y dimos juntos, lo que antes entró por la mirada, suavemente se llegó a mi pecho por camino desconocido. Te vi, y yo pensé que eso me bastaría, que tu imagen sería suficiente para tomar fuerza y alejarme para que, cuando el tiempo pidiera cuentas, el saldo fuera apenas un recuerdo de la tormenta que por cabellos llevas, el collar de besos que imaginé para tu cuello. Pero no, no fue su...