Entrevista en Bogotá con Gustavo Adolfo Carbonell
Los mejores relatos y frases de Eduardo Galeano. |
Su nombre completo es Eduardo
Hughes Galeano. Nació en Montevideo, en 1940. A los 14 años entró en el
mundo del periodismo, publicando dibujos que firmaba “Gius”, por la
dificultosa pronunciación castellana de su primer apellido.
Algún tiempo después, empezó a publicar artículos. Se firmó Galeano y así se le conoce.
Ha hecho de todo: fue mensajero, editor y peregrino por los
caminos de América. En su ciudad natal fue colaborador y posteriormente
redactor jefe (1960-1964) del semanario Marcha y director del diario
Época. En Buenos Aires fundó y dirigió la revista Crisis. Estuvo
exiliado en Argentina y España desde 1973; a principios de 1985 regresó
al Uruguay y desde entonces reside en Montevideo.
Es autor de diversos libros traducidos a más de 20 lenguas y
de una extensa obra periodística. Ha recibido el premio Casa de las
Américas en 1975 y 1978 y el premio Aloa de los editores danéses en 1993.
La trilogía Memoria del fuego fue premiada por el Ministerio de Cultura
de Uruguay y recibió el American Book Award (Washington University,
EUA) en 1998. En 1999 fue el primer escritor galardonado por la
Fundación Lannan (Santa Fe, EUA) con el premio a la libertad cultural.
Nos encontramos a conversar algunas horas antes de su partida
de Bogotá, Colombia, dónde participó en el “Encuentro Iberoamericano de
Escritores: El Amor y la Palabra”.
Lo que sigue son los pasajes mas sobresalientes de esta
entrevista exclusiva con uno de los mas brillantes pensadores de
Latinoamérica en la actualidad.
Compartimos temas como la identidad cultural, el destino de
América Latina, las mujeres, el amor y el “dolor agregado” entre otros.
–¿Cómo se entiende hoy en día la identidad cultural?
Con respecto a eso creo que se universalizó en los últimos años sobre
todo una concepción de la identidad que me parece muy limitada. Te
diría que casi reduce la identidad a un asunto de museo. Pero creo que “somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”, o
sea creo en una identidad en movimiento, en una identidad viva y creo
mucho mas en las identidades elegidas que en las identidades heredadas.
En una región del mundo como es América latina, que tiene una amplia
experiencia en la materia podemos citar solo dos ejemplos de identidad
elegida entre miles y miles: Un antropólogo Alemán llamado Kurtz Hunkel,
que llega a Brasil a principios del siglo XX para estudiar a los
Guaraníes, es un hombre joven recién egresado de la Universidad. Al
entrar en contacto con los Tupí Guaraníes descubre que él es Guaraní.
Asume esta revelación y pasa a llamarse “Kurtz nimuendayu (el que elige su casa).
Muchos años después muere siendo un indígena Guaraní que además es un
antropólogo que se estudia así mismo. Y el otro caso es el de Rafael
Barret, uno de los escritores Paraguayos mas importantes de todos los
tiempos y una figura emblemática de la cultura Paraguaya, el Paraguayo
mas Paraguayo de todos. Y fijáte: Barret era hijo de padre Inglés y
madre Española, educado en Francia llega a Paraguay cuando es hombre hecho y derecho, anarquista fervoroso pasa en Paraguay sólo seis años de
su vida, la mayor parte preso por actividades “subversivas”, después lo
mandan al exilio, nunca más puede volver y… “es el Paraguayo más
Paraguayo de todos” porque él descubrió que era Paraguayo. Piso esa
tierra y le dijo a través de las plantas de sus pies: “Tú me perteneces,
tú eres mi hijo”. Por eso digo... la identidad no tiene que ver con las
partidas de nacimiento tiene que ver sobre todo con los lugares, las
personas, los valores.
–¿La identidad se adopta, se internaliza?
Depende de cada caso. Hay que tener una noción de identidad muy
flexible que además en ningún momento nos impida olvidar que somos
diversos y que somos universales, que la condición humana es una y
muchas y que eso es lindísimo que ocurra. “Lo mejor que el mundo tiene está en la cantidad de mundos que el mundo contiene”.
Por suerte somos diferentes, por suerte somos diversos pero también hay
valores comunes al género humano que se han ido transmitiendo de
diferentes maneras, de generación en generación.
– Los chauvinistas te dicen la mía es la única tierra que existe…
Eso hay que comprenderlo a veces como una reacción defensiva, en
muchos casos fanática y ciega, a la globalización que impone una suerte
de “uniformización” de la cultura en escala mundial.
Entonces a veces ocurren esas reacciones que suelen ser de fanatismo
religioso o de aislamiento cultural que a veces se explican, yo no digo
que se justifiquen pero se explican, como respuestas a esta especie de
uniformización obligatoria en la época de la “gran hamburguesa planetaria”.
– ¿Frente a la globalización la “glocalización”?
El problema es que para recuperar la universalidad de la condición
humana, que es lo mejor que tenemos, hay que celebrar al mismo tiempo la
diversidad. Esta sería la síntesis de lo que yo creo es la identidad en un mundo que a mí me parece que anda muy mal; porque o te condena a morir por hambre o te condena a morir por aburrimiento.
Son dos muertes que no me interesan. (se ríe). La condición humana es
muy divertida, muy diversa, muy celebradora de la vida, es un abanico de
todos los colores…un arco iris infinito.
– ¿A pesar de ser nueva Latinoamérica ya tiene una identidad cultural?
Hay muchas por suerte, que de algún modo definen un espacio cultural
común. América latina es una región del mundo donde se encuentra todo lo
que busques. Todos los colores, todos lo olores… y que suerte que
seamos así.
Siempre me acuerdo que una vez uno me discutía un disparate desde las
altas cumbres de la ciencias, me decía: ¿A ver, qué tienen en común un
negro de Haití con un gaucho de Las Pampas?. ¡Pero hombre claro que
tiene en común!, de repente no lo saben pero claro que tienen mucho en
común. Mas cosas en común de la que saben que tienen. Porque unos y
otros han sido condenados a la amnesia por una historia oficial enferma
de racismo, de machismo, de elitismo y de militarismo. Entonces estamos
mutilados en el conocimiento de lo que fuimos, la memoria compartida y
en el conocimiento de la realidad. Pero en la medida que luchemos para
abrir este conocimiento vamos a descubrir que hay muchísimos mas puntos
de contacto de los que suponemos que hay. Empezando por los mas obvios:
en un escándalo que los países latinoamericanos no hayan logrado unirse
ni siquiera para hacer frente juntos a la deuda externa. Cosas que
parecen de cajón. Entonces negocian por separado, por separado se
ahorcan claro.
– Las Venas Abiertas de América
Latina fue escrito al final del año setenta. Treinta años después
¿América Latina no está en un proceso de involución?
En algunas cosas sí, en otras no. La realidad por suerte es más rica y
más asombrosa de la que cualquier esquema puede presumir que es. Ella
es una señora con mucha capacidad de sorpresa. Pero en líneas generales
te diría que en algunas cosas si se ha retrocedido y en otras se avanzó.
En las que se retrocedió podemos poner como ejemplo que yo recuerdo
cuando escribí “Las Venas”, había una cierta unanimidad universal en
torno de algunas cosas elementales. “la pobreza era un resultado de la
injusticia”, lo proclamaba la izquierda, el centro lo admitía y la
derecha no lo discutía. Había pobreza porque había injusticia… un reparto
injusto de los panes y de los peces. Treinta años después ya quedan muy
poquitos que digan que la pobreza es el resultado de la injusticia. No
digamos de la derecha o del centro, pero hasta en la izquierda ha
prosperado esta suerte de certeza de fin de siglo, que la pobreza es el
castigo que la ineficiencia merece y por lo tanto no es un resultado de
la injusticia, es un acto de justicia. Se jode el que no trabaja o el
que no sabe defenderse y el que no sabe competir, el que no es eficiente
ni rentable.
– el sistema es muy perverso...
Sí, en ese sentido se ha involucionado, es un retroceso. Este mundo
es mucho menos solidario de lo que era el mundo del año setenta, eso
también hay que decirlo. Se han roto mucho los vínculos de solidaridad
entre las personas, entre los pueblos y los países. Esta cosa casi
unánime hoy por hoy de “arreglate como puedas”.
– ¿y las cosas positivas?
Creo que las mujeres están mucho mas “despabiladas”, o sea que hay un
ascenso de los movimientos que han logrado conquistas importantes en el
reconocimiento de los derechos de la mujer, no en las constituciones ni
en las leyes, sino en los hechos. Se ha avanzado en esto, por lo menos
en la toma de consciencia de que la humanidad no está formada sólo por la
mitad de la humanidad.
En otro plano en el que te diría que se evolucionó mucho es en el de
la consciencia ecológica. Ahora está de moda y todo. Son todos verdes,
hasta los asesinos del planeta son verdes. Pero eso indíca que la hipocresía es el homenaje que el vicio rinde a la virtud.
– El Banco Mundial tiene justamente líneas de créditos para el medio ambiente…
Seguro, es como alguien que crea al enfermo y después le vende los remedios.
– Hablemos de lo que lo trajo a
Bogotá en esta oportunidad: el amor. ¿Por qué como dice usted: cree que
el amor es una enfermedad de las mas jodidas? (se ríe con ganas).
Es verdad, hay un textito mío que dice que el amor es una enfermedad
de las mas jodidas y contagiosas. Uno dice muchas bobadas cuando está
enamorado. Lo digo cariñosamente claro. Pero me parece que el tema del
amor es un tema muy resbaloso porque es como que al amor cada vez que lo
nombras lo matas, el amor es misterioso y por lo tanto cuando se lo
define, por lo menos se lo lastima mucho, así que hay que ser muy
cuidadoso con eso del amor. Lo único que yo diría del amor es que tiene
razón ese gran cantante brasileño Milton Nascimento que en una de sus
canciones memorables dice: “toda manera de amor vale amar. Toda manera de amor vale cantar. Toda manera de amor vale la pena.”
– En “Las venas” se refiere a encuentros con el Che. ¿cómo fue?
En realidad fue un solo encuentro. Yo lo vi a él dos o tres veces
pero la única vez que tuve la suerte de poder hablar con él fue en Cuba
en el año 64. Él era Ministro de Industria. Se suponía que era una cita
de diez minutos pero terminamos hablando cuatro horas. Lo que mas
recuerdo es la luz de los ojos. Tenia una manera de mirar muy
excepcional, esa manera de mirar de los hombres que creen en algo muy
fervorosamente. Es lo que convirtió al Che en un hombre sobresaliente y
lo que explica la supervivencia de este mito ya universal, que es uno de
los símbolos del siglo XX. O sea el Che hizo lo que decía y dijo lo que pensaba. Todos tendríamos que ser así pero estamos obligados a la mentira incesante.
El diálogo con él fue muy simpático. Yo era un jovencito insolente,
entré al despacho donde estaba esperando porque se suponía que era sólo
un saludo de alguien que venia de Uruguay. Entré y le planté en la cara
una foto donde el estaba de pitcher jugando al béisbol y le dije
traidor. Al Che le sorprendió un poco que alguien le dijera traidor y yo
creo que ahí nació ese espacio de encuentro.
– ¿La historia la escriben los que ganan por eso hay un cronista que se llama Eduardo Galeano que nos cuenta la “otra historia”?
Hay mucha gente que trae la otra historia. Pasada y presente, porque
fijáte que la tarea es revelar la realidad que viene enmascarada. Yo se
que la realidad es neblinosa, contradictoria, difícil de descifrar,
misteriosa… pero también es verdad que hay mascaras interesadas que nada
tienen de inocentes impuestas por un sistema que oculta, tergiversa,
disfraza, miente. Entonces el gran desafío para el que escribe es la
revelación de esa realidad escondida. La que fue, la que es… pero
también a partir de una necesidad de celebración. Yo creo en aquella
definición tan linda de Carpentier de lo “real maravilloso”… bueno,
América tiene lo real maravilloso y tiene lo real horroroso. Pero lo
maravilloso y horroroso son hermanos siameses, tienen las espaldas
pegadas… la vida viene así. Así se barajan los naipes de la vida.
– ¿Qué es eso del “dolor agregado” ?
Es verdad, yo hablé el otro día del dolor agregado. Es una cosa que
inventé estos días, una mosca que se me metió en la cabeza. Porque los
economistas hablan mucho del valor agregado que es un criterio económico
discutible. Valor agregado es el aumento de precio de una mercancía
como resultado de su circulación en el mercado o su transformación
industrial. Fijáte parezco un profesor de Harvard (nos reímos). ¿Pero
“dolor agregado” cual es?. El dolor “evitable”, porque la condición
humana tiene luces y sombras, estamos condenados al dolor y al amor.
Pero hay dolores que no provienen de la pasión humana ni de la muerte…
son los “dolores agregados” por un sistema enemigo de la gente y la
naturaleza. Todos los días tenés ejemplos mirando el diario. Ejemplos de
dolores evitables. A los inevitables tendremos que acostumbrarnos.
La globalización multiplicó el dolor agregado. Contra la naturaleza y
contra la gente. Este proceso de imposición de valores universales
centrados en la mercancía y en la rentabilidad implica un envenenamiento
del agua, de la tierra, del aire pero también del alma.
– Según su último libro, La
Escuela del Mundo al Revés, ¿cuál es la responsabilidad de la educación
en la prevención del “dolor agregado”?
La vida no es tampoco un campo de rosas, ni en el mejor de los casos.
Hay cosas que ni el capitalismo, ni el socialismo ni la anarquía ni
nadie va a poder resolver. Pero el problema es el “dolor agregado”,
cuando el sistema incorpora dolor al dolor. Y claro que la educación
cumple un papel importantísimo, el problema es que hoy por hoy la
educación “deseduca” porque esta en manos de los grandes medios que te
transmiten el sistema de valores del sistema que genera el “dolor
agregado”. Valores de violencia, valores de la muerte, valores de
consumo que te están repitiendo día a día tu eres lo que tienes, tu eres
lo que compras. Todo en nombre de una presunta “objetividad”. Ahora se
publicó en EE.UU. un libro muy interesante sobre la guerra del Vietnam,
que ocurrió hace ya tantos años. Y ahí ya estaba claro en que consistía
la objetividad de los grandes medios de comunicación. En este libro que
es un estudio muy cuidadoso y minucioso de los espacios dedicados en la
televisión, la radio y los diarios durante la guerra de Vietnam, la
conclusión es que “el enemigo” que después resulto triunfante ocupó el
tres por ciento del espacio de la información y de la opinión. ¡O sea
noventa y siete a tres!, esa es la “objetividad”. Yo no creo ni creí
nunca en la objetividad en ningún caso, no sólo en los medios de
comunicación. Cuando hablo con vos estoy siendo subjetivo, cuando evoco
lo que me ocurrió, cuando interpreto algo que me ocurre en la vida
privada o colectiva soy… ¡absolutamente subjetivo!. La diferencia está
en que yo lo digo y lo asumo. Digo.. ¡sí, como no, yo soy un hombre de
pasiones!
– ¿Qué libro le leería a Clinton?
¿A Clinton?. Es buena esa pregunta… Memorias de una Princesa Rusa.
– ¿por qué?
(se ríe a carcajadas) …y bueno, para que nos riamos juntos.
– En su libro El Fútbol a Sol y Sombra hay un relato
sobre el fusilamiento de los jugadores del Dínamo de Kiev en 1942 que se
atrevieron a ganarle a la selección de Hitler usted habla de un acto
heroico. ¿En la actualidad cuál es su concepto de héroe?
Para mí los grandes héroes no son los que están inmortalizados en el
bronce o en el mármol sino que son la gente anónima, desconocida, que
practica el heroísmo de la vida cotidiana y que es capaz de no
sacrificar sus ideas, sus convicciones, sus principios en función de sus
conveniencias. Entonces de repente para mi un gran héroe es un hombre
que se levanta a las seis de la mañana, que trabaja doce o catorce horas
y que sin embargo sigue siendo leal a ciertos principios y valores, que
sigue creyendo que esos valores valen la pena y que a pesar que todo
está en contra no se ha dejado convencer por la idea de que se vive para
trabajar e intenta trabajar para vivir. O sea que no ha perdido de
vista que el fin de la vida humana no es convertirse en hormiga. ¡Es un
héroe!, ¿como trabajando 14 horas por día algunos pueden tener todavía
buen humor, la capacidad de amor?. Para mí esos son los héroes. En el
caso del fútbol por hablar de un héroe desconocido, acá en Bogota jugo
un Argentino llamado Devanni, creo que en el club Santa Fe. De él voy
justamente a hablar en un texto pequeño que leeré esta tarde en la
Universidad como cierre del encuentro de escritores. Se trata de alguien
que hizo algo realmente heroico que consiste en hacer lo que crees que
se debe hacer, lo que es digno hacer, en lugar de hacer lo que te
conviene. Eso es un héroe para mí.
Te leo el texto:
Aquella no era una tarde de un domingo cualquiera del año 67.
Era una tarde de clásico. El club Santa Fe definía el campeonato contra
el Millonarios y toda la Ciudad de Bogotá estaba en las tribunas del
estadio. Fuera del estadio no había nadie que no fuera paralítico o
ciego.
Ya el partido estaba terminando en empate cuando en el
minuto ochenta y ocho un delantero del Santa Fe, Omar Lorenzo Devanni,
cayó en el área y el arbitro pitó penal.
Devanni se levanto perplejo, aquello era un error. Nadie
lo había tocado. El había caído porque había tropezado. Los jugadores
del Santa Fe lo llevaron en andas hasta el tiro penal. Entre los tres
palos (palos de horca) el arquero aguardaba la ejecución. El estadio
rugía, se venía abajo.
Entonces Devanni colocó la pelota sobre el punto blanco,
tomó impulso y con toda su fuerza disparó muy afuera, bien lejos del
arco.
– ¿Qué lo enamora y que odia de las ciudades?
Yo lucho contra la traición de las ciudades. Las ciudades desde su
muy remoto origen fueron creadas como espacio de encuentro. Hoy por hoy
las ciudades son espacios de encuentro entre las máquinas, o sea, creo
que es una hazaña ahora en las grandes ciudades ejercitar los dos
derechos humanos más elementales de todos, que son: el derecho de respirar
y el derecho de caminar. Las dos cosas más obvias, más mínimas.
Nosotros en América Latina tenemos la mala costumbre de copiar desde
hace ya mucho tiempo, es una herencia colonial. La idea de que el mejor
es el que mejor copia y no quien tiene la audacia de crear aunque
creando se equivoque. Ya que somos copiones por lo menos vamos a elegir
un poquito mejor los modelos, porque el modelo de las ciudades
latinoamericanas es Los Ángeles. Porque no elegimos como modelo
Ámsterdam o alguna otra de las ciudades europeas que son todavía
espacios humanos que no son propiedad de los automóviles sino de la
gente.
– Hace un par de años usted
hablaba en un programa de TV en Argentina sobre la envidia que le
tenemos los hombres a la mujer por la posibilidad que ésta tiene de
procrear y de amar en forma múltiple…
Lo que yo le decía a Santo Biazatti era a propósito de esta historia
de la envidia del pene que yo no sabia si eso era cierto o no, porque
hay una larga mitología al revés. Por cierto la palabra mito no
significa mentira como la gente cree. Mito es una metáfora colectiva o
sea un modo que las sociedades encuentran de decirse, el mito expresa
una identidad social, para bien o para mal. A veces mienten y a veces
dicen la verdad. Y uno de los mitos universales es el de la vulva
dentada o sea la idea que las mujeres tienen una vulva con dientes y
entonces quien entra allí ya no sale. Por lo menos ya no sale entero. Y
ese es un mito que revela el pánico nuestro ante ellas, o sea el pánico
del macho ante la hembra. Pánico muy mezclado con la envidia.
– Por ahí dice un graffiti en una pared que la “penetración es cultural”…
Claro, sin dudas, hay cien mil maneras de hacer el amor. Por suerte
en el amor como en todo lo demás hay tantas maneras de expresión, en el
baile, la comida, el fútbol… todo es diverso y por supuesto que esto
también. A mi me producen una depresión espantosa esos libros de
educación sexual que dejan sin ganas de hacer el amor durante cinco o
seis años. Justamente porque tratan el cuerpo como si fuera una máquina.
La ciencia lo trata así, pero bueno la Iglesia suele tratar al cuerpo
como si fuera una culpa y la publicidad trata al cuerpo como si fuera
una mercancía y el cuerpo lo que quiere es ser una fiesta.
– ¿Qué conceptos le merecen las comunicaciones actuales, por ejemplo Internet?
Es un medio no un fin. Se enredan mucho los medios y los fines sobre
todo en el mundo de hoy. Los medios han ocupado el lugar de los fines, o
sea hay una usurpación de los fines por parte de los medios. Se supone
que es al revés pero hoy somos instrumentos de nuestros instrumentos.
Entonces los automóviles nos manejan, los supermercados nos compran, los
televisores nos miran y las computadoras nos programan. Pero los medios
no tienen la culpa el problema es el uso que se hace de ellos y la
inversión de valores que los colocan en el centro del universo. Yo creo
que Internet ha abierto espacios de comunicación, alternativas muy
importantes. Es una paradoja al revés, por fin una paradoja linda, una
paradoja buena. Internet es un sistema mundial de comunicación
organizado al principio al servicio de fines militares, nace al servicio
de la cultura de la muerte y sin embargo se ha convertido en un centro
de resonancia de voces alternativas que antes resonaban en campana de
palo y que hoy por medio de Internet encuentran un espacio muchísimo mas
amplio. Y esto permite también articular movimientos que son inspirados
por la lindísima idea de que el planeta tierra puede ser salvado, de
que la condición humana no es tan jodida como creemos y que la
solidaridad todavía es posible. Todos esos movimientos ecologistas,
feministas, de derechos humanos, de defensa de la diversidad sexual, de
las radios comunitarias, etc., han encontrado espacio para tejer una
red.
– ¿Hay una retórica tecnócrata en el mundo de hoy?
Hay que desconfiar de toda esa retórica, de estos oradores
profesionales, los técnicos, los expertos en el campo de la cultura, de
la política o de lo que sea. Hay toda una tecnocracia en el mundo de hoy
con poderes inmensos que ejercen una suerte de dictadura universal,
sobre todo los que operan desde los organismos que gobiernan el planeta
como el Banco Mundial, el Fondo Monetario o la Organización Mundial de
Comercio. Fijáte como es, el Fondo Monetario que es el que gobierna
todo, es una suerte de gobierno universal y esta en manos de cinco
países que son los que tienen el cuarenta por ciento del capital. Tanto
tienes tanto votas. Veintitrés países africanos tienen el uno por
ciento, Estados Unidos tiene el diecisiete. Esos son los que mandan el
mundo.
– ¿Perdió la fe en la condición humana?
No, no… la pierdo cada dos horas mas o menos, el promedio es ese.
(nos reímos) pero la recupero… y creo en ella por eso… porque la
recupero y la pierdo… Yo no creo en la gente que tiene una fe blindada a
salvo de la duda, a salvo de la desesperanza. Son hombres de madera.
Hay un hermoso mito Maya de la creación de la condición humana. Según
Los Mayas fuimos todos hechos del maíz y por eso tenemos distintos
colores. Pero antes de que los dioses nos hicieran del maíz hubo algunas
tentativas muy chambonas que les salieron pésimas. Una dio como
resultado el hombre y la mujer de madera. Los dioses estaban aburridos y
no tenían con quien hablar porque eran de madera y tampoco tenían
aliento. Yo siempre que leo ese mito me digo: bueno pero si no tenían
aliento tampoco tenían desaliento. Si yo tengo desaliento es porque
tengo aliento…por lo tanto no soy de madera. ¡que suerte que no soy de
madera!.
– ¿Estamos en una etapa de “frivolidad mediática”?
Viste como hacen los científicos que nombran las eras cuaternaria,
terciaria, glaciar, bueno venimos nosotros ahora de la era
“Lewinskiana”, que es una era que abarco un año y medio decisivo en la
historia de la humanidad que consagró toda su energía de comunicación a
la transmisión de estas jornadas épicas en el Salón Oval de la lingüista
Mónica Lewinski con el presidente del planeta. Yo creo que ese es un
retrato certero, perfecto de lo que son los medios de comunicación en el
mundo de hoy. Podemos elegir quinientas…mil maneras entre lo mismo y lo
mismo. Estuvimos todos condenados en el planeta entero a desayunar a
esta señorita, almorzarla, cenarla a todas horas. Pero no había quien se
salvara de eso.
– ¿En este sistema es más importante el “parecer” que el “ser”?
Si, hoy por hoy mas importante que parecer es “tener”. El verbo que
se conjuga con mas fuerza es el verbo tener. “Dime cuanto tienes y te
diré quien eres y cuanto vales”. Hay una identificación de precio y de
valor en el mundo de hoy que a mi me recuerda aquellos versos tan
certeros de Antonio Machado que decían: “Hoy cualquier necio confunde
valor y precio”. Debe haber sido por el año treinta que escribió eso
pero que actual ¿no?. Dime cual es tu precio y te diré cuanto vales, eso
para las personas y para los países también. Y por supuesto que también
se traduce en esta estupidez de creer que uno es lo que parece ser
cuando sabemos que la realidad es infinitamente mas rica y misteriosa
que sus apariencias.
– ¿Qué opinión le merece la discusión ética sobre el genoma humano?
Bueno, recién empieza esto vamos a ver que pasa pero yo comparto el
pánico y la indignación de gente que ha reaccionado contra la
posibilidad que esto se convierta en un objeto de uso comercial y que
terminen manipulándonos a todos. ¡que será de nosotros!. Porque además
fijáte que hay una larguísima tradición de racismo en el mundo pero esa
tradición mas o menos en los últimos cinco siglos se multiplicó mucho. O
sea el racismo se agudizó a partir de la mercantilización universal
desde el siglo XVI en adelante. Porque fue instrumento de dominación
esta idea de que el color de la piel define el valor de una persona o
que hay seres superiores y seres inferiores y entonces me da un poco de
pánico en ese sentido.
– Una pregunta de coyuntura: ¿En Latinoamérica seguiremos siendo tan dependientes?
Tanto como eso te diría que no. Esta es una región del mundo con
tremendas reservas de dignidad y que uno apuesta a esa dignidad, pero
reconozcamos que el panorama se ha hecho bastante complicado. Hay una
imposición de un sistema de valores que corresponden a un modelo social
que a mí no me gusta pero que hoy por hoy se acepta como el único
posible. La “Macdonaldización” del mundo. Para mí es un ejemplo perfecto
Mc Donalds, te da de comer comida basura, o sea, impone la comida de
plástico como modelo universal de la buena comida lo que es un atentado
cultural terrible, un acto criminal contra la diversidad cultural del
mundo. ¡ por favor!, la barriga es una zona del alma (¿quién no lo sabe?) y
la boca su puerta. El inmenso placer de comer que hasta los hambrientos
sienten, porque hasta en la mesa del pobre lo poco que se tiene, cuando
se mantienen vivas las tradiciones de la cultura propia, eso tiene
cierta gracia y la invención casi mágica de la gracia con la nada. Como
decía un director de orquesta en Uruguay… “y bueno este es un país pobre,
aquí hay que saber cocinar con agua”. También cocinar con agua puede
ser una fiesta. La imposición de un modelo de comida es un atentado
contra la salud y sobre todo contra la cultura. ¿Pero por qué es un
símbolo perfecto?. Porque Mc Donalds prohíbe que sus trabajadores se
sindicalicen. Son dos siglos de luchas obreras tiradas por la ventana.
Este símbolo de la democracia occidental prohíbe los sindicatos.
Entonces este es el modelo que se impone y a mí no me gusta ni un
poquito.
– Hablando de dignidad, ¿qué opina de Colombia?
Yo conozco Colombia desde hace muchos años, vine aquí muchas veces.
¿Soy extranjero? Sí, soy, pero hasta cierto punto. En otros sentidos no
soy tan extranjero. Y como no me siento tan extranjero en esta tierra
puedo decir…que tengo la certeza plena de que este es un pueblo capaz de
alegría, gozador de la vida, fiestero, cordial, cariñoso…que no merece
la violencia. La violencia es su maldición pero no es su destino. Y otra
cosa de la que estoy plenamente seguro es de que ese pueblo no necesita
que nadie venga a salvarlo desde afuera. ¡Dios salve a Colombia del
Plan Colombia!
– ¿En que proyecto literario está trabajando ahora?
Estoy escribiendo esas historias cortitas que a mí me gustan. A mí me
gusta mucho el texto corto que es el más difícil. Decir mucho con poco,
me peleo con las palabras, cada texto lo escribo veinte veces. Nunca
estoy del todo conforme. Siempre me parece que hay algo que sobra, soy
un declarado enemigo de la “inflación palabraria” que creo que en
América Latina hace tanto daño como la inflación monetaria o más. Esta
especie de peligro público que son todos los que empiezan hablando y
dicen seré breve… después hablan cuatro horas y media o escriben esos
libros infinitos o textos larguísimos. Yo me pongo en el extremo
opuesto, quiero escribir cosas muy cortitas… ladrillitos que quizás con
el paso del tiempo vayan formando casas. La casa es el libro, pero los
ladrillitos de a poquito van buscando su lugar y se acomodan unos con
otros y se quieren entre sí y son ellos los que deciden si van a formar o
no una casa. Una casa que tiene que ser con muchas ventanas, con
ventanas muy grandes y con muchas puertas para que el lector pueda
entrar y salir por donde quiera todas las veces que desee. Un libro que
no sea una jaula sino un espacio de libertad. A mi me gusta mucho
trabajar en ese sentido lo que yo llamo ventanas, textos breves que
reflejan la magia de la vida…el horror y la maravilla de la vida. Cosas
que me cuentan, cosas que me ocurren y que me parece que vale la pena
transmitir. Que tienen una electricidad que merece el contagio.
– Muchas gracias por compartir su tiempo.
Gustavo Adolfo Carbonell
Bogotá, Colombia. 27 de agosto de 2000.