García Márquez - Eduardo Galeano
Los mejores libros y frases de Gabriel García Márquez. |
Se desata la persecución de los huelguistas heridos y escondidos. Como a
conejos los cazan, tirando al bulto desde el tren en marcha; y en las
estaciones pescan lo que la red atrapa. A ciento veinte capturan en
Aracataca, en una sola noche. Los soldados despiertan al cura y le
arrancan la llave del cementerio. En calzoncillos, temblando, el cura
escucha las descargas.
No lejos del cementerio, un niño berrea en la cuna.
Pasarán los años y este niño revelará al mundo los secretos de la comarca que fue atacada por la peste del olvido y perdió el nombre de las cosas. Él descubrirá los pergaminos que cuentan que los obreros han sido fusilados en la plaza y que aquí la Mamá Grande es dueña de vidas y haciendas y de las aguas llovidas y por llover, y que entre lluvia y lluvia Remedios la Bella se va al cielo y en el aire se cruza con un ángel viejito y desplumado que viene cayendo rumbo al gallinero.
Pasarán los años y este niño revelará al mundo los secretos de la comarca que fue atacada por la peste del olvido y perdió el nombre de las cosas. Él descubrirá los pergaminos que cuentan que los obreros han sido fusilados en la plaza y que aquí la Mamá Grande es dueña de vidas y haciendas y de las aguas llovidas y por llover, y que entre lluvia y lluvia Remedios la Bella se va al cielo y en el aire se cruza con un ángel viejito y desplumado que viene cayendo rumbo al gallinero.