Érase una vez el amor, pero tuve que matarlo*
"... Uno se mete a escribir porque no fue capaz de pegarle a un chófer
que lo puso en evidencia, porque no destrozó los platos en un
restaurante, porque no se enfrentó a un policía loco que insultaba a su
novia, porque no le dijo a su madre lo mucho que la amaba y detestaba,
porque no escupió a un profesor que decía que la tierra era redonda,
porque se dejó ganar el puesto en la fila del cinema, porque no tiene
oficio ni beneficio, porque piensa que es una forma fácil de hacer fama y
dinero, porque si lo hacen mamarrachos como García Márquez y Mutis uno
también puede hacerlo, porque no es bueno para los números, porque no
quiere ser médico ni abogado, porque está ardido, porque odia a la gente
y quiere insultarla.
Uno se mete a escribir porque una chica linda le dijo que le gustaban
los escritores, porque necesita una coartada para no trabajar, porque lo
hace sentir superior, porque se leyó un par de novelas de vaqueros y
quiere entrar en la competencia, porque es un cowboy sin oeste, porque
cagatintas como Vargas Llosa lo hacen, porque no tiene voz, porque no
tiene ritmo, porque está harto de hacerse la paja, porque quiere atorar a
una mujer pero no hay forma, porque piensa que tiene algo que decir,
porque descubre que las chicas lindas dicen que los escritores son
tiernos pero salen con mafiosos, porque no lo dejan estrujar a la reina
nacional de belleza, porque está flaco y no hay remedio, porque tiene
miedo de morir sin haberle hundido los pelos a una chica linda, porque
si un mamón hipócrita como Vargas Llosa escribe cualquiera puede
hacerlo, porque sabe que el cine es tiempo perdido, porque tiene envidia
de esos mandriles que salen en la pantalla y ganan millones, porque
quiere ser como Bukowski a falta de mejores oportunidades.
Uno se mete a escribir porque no sabe boxear ni tiene agallas, porque
tiene los dientes torcidos y no puede sonreír como quisiera, porque para
los impotentes de toda índole no hay otro camino, porque todos los feos
escriben o asesinan y uno no es capaz de matar una mosca, porque
escribir da importancia, porque para que a uno le digan escritor no
necesita hacerlo bien y para que lo llamen hijoputa no importa si su
madre es una santa, porque tiene miedo de quedarse a la deriva sin hacer
nada, porque no puede beber cada noche, porque ama a Dios pero odia las
sociedades sin ánimo de lucro, porque no tiene novia, porque no hay
emociones sino insultos, porque en su casa no hay tele y la radio se
averió, porque la mujer del vecino es un bombón, porque tiene miedo de
quedarse calvo y por eso evita los espejos. Uno se mete a escribir
porque no se atreve a asaltar un supermercado, porque ama a una mujer y
ella es la novia del chico listo de la cuadra, porque no hay suficientes
revistas pornográficas, porque quiere hacer algo más que cagar y
masturbarse, porque no es el chico listo de la cuadra ni el chico fuerte
ni el gracioso, porque es el chico nada, porque vale tres tiras de
verga, porque afuera lo cascan, porque su madre grita todo el tiempo,
porque no hay ilusiones ni luz al final del túnel, porque su mente vuela
bajo y nunca será otro Cioran, porque no tiene valor para saltar,
porque no quiere la esposa fea que merece, porque tiene miedo de morir
sin haber probado un bello culito, porque no tiene el modo de escupir de
Clint Eastwood, porque se atasca entre una y otra intención, porque
érase una vez el amor pero tuve que matarlo..."
Efraim Medina Reyes
*Fragmento del libro.