La diferencia
Aunque malgastes el tiempo sin mi cariño;
y aunque no quieras este amor que yo te ofrezco.
Y aunque no quieras, pronunciar mi humilde nombre,
de cualquier modo yo te seguiré queriendo.
Yo sé que nunca tú querrás jamás amarme,
que a tu cariño llegué demasiado tarde,
no me desprecies (no es mi culpa, no seas mala);
porque tú eres de quien quiero enamorarme.
¿Qué daño puedo hacerte con quererte?
Si no me quieres tú, yo te comprendo,
perfectamente sé que no nací yo para ti:
¿Pero qué puedo hacer: si ya te quiero?
Déjame vivir de esta manera,
te quiero tal y cual sin condiciones,
sin esperar que un día tú me quieras como yo
(consciente estoy mi amor, que nunca me querrás).
Tal vez mañana yo despierte solo,
pero por el momento quiero estar soñando:
No me despiertes tú, no ves que así yo soy feliz,
consciente estoy mi amor, que no eres para mí.
No hay necesidad que me desprecies,
tú ponte en mi lugar, a ver qué harías,
la diferencia entre tú y yo,
tal vez sería corazón
que yo en tu lugar (que yo en tu lugar):
Sí, si te amaría...
Juan Gabriel