Uno es así de extraño - Otto René Castillo

Los mejores poemas y frases
de Otto René Castillo.




En verdad, 
crees que siempre 
estoy alegre 
y que nada me duele. 
Ni tu partida.
Ni tu regreso.
Ni el frío 
que nacerá 
cuando de mí
te ausentes.

Uno es así, 
cuando tiene tu edad.

Con tus años, 
tú no conoces 
la soledad. 
A tu edad, 
se la oye nombrar 
a menudo 
como a un pariente 
muy lejano, 
que nos alumbra, 
desde lejos, 
el fondo 
del pecho.
Y uno cree 
estar tan solo 
y tan triste, 
que la risa 
de otros 
nos parece 
nacer 
en la alegría.

Uno es así, 
cuando tiene tu edad. 

Pero uno se equivoca.
Y pronto descubre 
estar avanzando por el tiempo.
La soledad, entonces 
ya no tiene la edad 
de nosotros, 
sino la edad del alma. 

Ahora tienes 
que mirarme el alma, 
para saber si estoy 
sólo conmigo, 
cuando te marches 
mañana. 
Sábelo, 
todo lo tuyo 
me importa en extremo. 
Tu mano, 
dulce y pequeña, 
guarda mi rostro, 
mis cabellos, 
mis labios 
encerrados 
en su cuenco 
moreno. 
Tus labios 
hechos 
para que yo 
los besara, 
me guardan 
en su húmedo
mundo. 
Tu pecho, 
está invadido 
por mi tacto 
salvaje, 
que te busca 
intranquilo 
por las tardes. 

Tú lo sabes. 

Cuando te vayas,
algo de mí 
se irá contigo, 
no lo olvides, 
alma mía.

Pero cuando vuelvas 
puede que ya no 
regreses conmigo, 
porque ya me habrás 
abandonado. 

Uno es así, 
cuando tiene tu edad. 

Tal vez 
cuando tú vuelvas,
ya me haya marchado 
para siempre de la vida, 
sin que tú lo comprendas, 
ni yo lo haya querido. 
Pero antes, amor mío, 
quiero que siempre 
creas en mis labios.
En mi voz. 
En mis combates.
Aún cuando no volvamos 
a  estar juntos 
por las tardes, 
llenas de viento 
y jacarandaes. 
Y que me mires como soy: 
el más alegre de todos, 
pero también el más triste. 

Uno es así de extraño 
cuando se tiene mi edad 
y se lleva la gravedad 
del mundo en la sangre. 

Me gusta luchar, 
para que todos podamos 
ser felices algún día. 
Lo sabes, amor mío. 
Pero también 
me gusta amarte 
cuando hacia mí 
vienen tus pasos. 
Y sé que dudas tanto. 
En verdad de verdades, 
deberías quedarte 
conmigo 
para todos los tiempos. 
Pero te vas 
sin que yo sepa 
si volveremos 
a vernos 
solos 
por las tardes. 

Es tan extraña 
y tan compleja 
la vida, 
que cuando vuelvas 
puedes traer 
otro nombre 
escrito en la pupila. 

Amor mío, 
lo sé, porque 
también soy inconstante.

Otto René Castillo 

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