Jaime Sabines - Cartas a Chepita [25 de julio de 1948]*


"Eres casi una oración al acostarme y una constante devoción durante el día." Jaime Sabines - Cartas a Chepita
Las mejores cartas, frases y poemas
de Jaime Sabines.


 Y lo de que tenga ganas de enamorar a alguien es cierto, pero yo siempre tengo ganas de enamorar a alguien. Lo malo es que siempre lo dejo para otro día. A veces ocurre que voy en la calle y tres muchachas atrás de mí vienen silbándome; volteo y se callan; sigo mi camino y vuelven a silbar; se ríen, coquetean y hasta me ponen nervioso. (Naturalmente que éstas son de las más avanzadas y civilizadas en Tuxtla, de las que usan vestido largo y se peinan a lo actual. Porque a veces también...) A veces, paso frente a un grupo de muchachitas recién señoritas, y una de ellas que no me conocía anteriormente, exclama: ¡qué guapo!, pero otra que acaso ya me conoce, interviene: ¡ni regalado!...
 Entonces vuelvo a mí, y me digo: ¿qué pasa, Jaime? ¿qué pasa? ¡Satisfácelas! Y no me oigo; y sigo mi camino tan tranquilo...

 No. Decididamente me he vuelto un misántropo. Y hasta cierto punto, tú tienes la culpa también. El toloache. La desnutrición. La poesía. El afán místico. Todo eso me tiene hecho un pendejo todavía.

 Y lo peor de todo es que estoy a gusto así.



 En cuanto a sueños, yo no te he soñado todavía -y si te sueño, cuando despierto no me acuerdo-. Pero esto es peor que sueños; porque eres casi una oración al acostarme y una constante devoción durante el día. Los niños aprenden a decir "Virgen María” yo aprendo a no decir Chepita (porque decir ( liepita, Chepita..no es nada extraordinario; lo difícil es no decirlo. Es tan duro el mandamiento del silencio). bueno, linda. Ojalá ya estés bien. Ojalá ya no tengas tanto miedo en la escuela. Y procura engordar. Y procura no ser muy bonita sino hasta diciembre.

 Saluda a tus primas y a tu tía. Saluda además a Luz Estela y Conchita.

Pórtate bien; cuídate; no te enfermes (es de muy mal gusto eso); guarda tus ojos; ámame; guarda tu corazón; entiérrame en él; déjame que investigue -mi nombre, mi presencia, mi imagen- déjame que investigue las últimas células de tu cuerpo, los últimos rincones de tu alma; déjame que viole tus secretos, que aclare tus misterios, que realice tus milagros; consérvate, presérvate, angústiate; sufre el amor; espérame te besa (pero te besa de verdad, medio minuto, un minuto, cuatro litros de sangre, a 5 atmósferas), te besa,
                                                                                           te quiere,
                                                                                                             te adora
                                                                                                                             Jaime



También te puede interesar:

Mario Benedetti - Cada ciudad puede ser otra

Después - Mario Benedetti

Mario Benedetti - Poste restante