Papiro

Y nada
podrá
contra la vida,
porque nada
pudo
jamás
contra la vida.

Otto René Castillo


Nada podrá jamás contra la vida
porque nada pudo jamás contra la vida.

Nada sacará de mi pecho el gozo de mi vista en tus montañas
los suspiros con que he bañado tus paredes viejas
y los anhelos de volver a verte cuando te añoraba en la distancia.

Pueblo amado, consagracion de tradiciones
gente ignota y sencilla fabricante de la paz:
¿Cuánto debo seguir tu ejemplo, cuánto tener tu valor?

Nada podrá contra nosotros, herederos de sones y máscaras
de iglesia y moreria, de cataratas y rios,
de juegos de niños en callecitas retorcidas.

Déjame encender ésta palabra como profesión tierna de fe;
porque te amo, ingenua y calladamente te amo.

Déjame decirle a tus hijos (mis hermanos), hoy, aquí congregados:
¡Qué el amor a ti San Cristobal del alma
nos reune en el festejo milenario de la paz anciada!
¡Qué cese ya el rio de nuestra propia sangre,
qué el hombre deje reverdecer tu piel de bosque oxigenal!
Para que vivas mundo, para que vivamos gente.

Y así, enunciadora hoy de éstas palabras comprometidas,
le clamo a Dios por el bien de cada uno de los hijos de Pahula,
les dejo el beso de mi voz en la consciencia
y el abrazo de mi alma, que desde hoy es suya.

Adriana Lepe

Yana le escribió esto a Guatemala a los 14 años. 



 

Guardame un sueño
y en tibios amaneceres
contámelo al oído...

También te puede interesar:

Escondido y lejos - Mario Benedetti

Mario Benedetti - Escondido y lejos

Mario Benedetti - Escondido y lejos